Blog de Bisonte
Un poco de todo pero sobre todo un poco mucho de marketing digital
Un poco de todo pero sobre todo un poco mucho de marketing digital
Hace una semana estaba muy emocionada por un producto de belleza que me había recomendado una amiga. Llegué corriendo a mi casa, tiré las llaves (después me costó una hora encontrarlas), me “empantuflé” y busqué por internet el producto. Encontré la página web (que no nombraré por cuestiones de ética y moral y para poder dormir bien esta noche) y me metí a verla. Para mi sorpresa, la página web tardaba mucho en cargar. Ya por ahí, tenía un punto menos a su favor: yo, 1 punto; producto: 0 puntos. Después de lo que pareció una eternidad, la página web cargó.
(¿Les comenté que estaba viendo la página desde mi celular y que no tenía un buen diseño responsive?)
En todo caso, no me desanimé y exploré un poco la página medio chueca desde mi celular. Encontré el producto a pesar de que no estaba bien estructurada la página y que las imágenes estaban pixeladas. Cuando por fin, le iba a dar un click encima... la imagen se corrió hacia abajo. El punto es que aún cuando me habían recomendado el producto (porque era MUY bueno), yo desde ese día simplemente le perdí un poco de “respeto” a la marca y no entendía porqué no pensaban en la experiencia del cliente.
Ah, y no compré el producto.
A veces se nos olvida que la experiencia de nuestros usuarios y clientes empieza desde nuestra página web y así como en la vida no-digital, las primeras impresiones dictan el 80% de tu relación con esa marca. Es muy probable que tus clientes potenciales vean primero tu página web antes que tu tienda. Pero si tu página web no representa los valores de tu compañía, difícilmente vas a brindar una buena experiencia.
Y, como me pasó a mí, el diseño de la página web no sólo creó una mala impresión de la marca sino que, también, evitó que yo comprara su producto. La magnitud de tu esfuerzo marca la magnitud de tus resultados. Y el esfuerzo que pongas en garantizar una buena experiencia web no es una excepción.
Te animo… te exhorto…. Te imploro a que le des al diseño de tu página web el lugar que merece! Más que animarte, te lo ruego. En serio. Podrías estar mandando a tus clientes potenciales al entierro de tu marca (¡y tú cavando el hoyo sin saberlo!)